
Las hetairas me recuerdan mucho a las escorts actuales, al reunir todas las cualidades de una amante perfecta: belleza, cultura, inteligencia y un gran corazón. Aquí os dejo un breve fragmento de un documental en el que se habla de ellas:
«El la Grecia Antigua el matrimonio solo era un acuerdo comercial. El papel de la mujer se limitaba al de criar ciudadanos varones. Pero hubo otro tipo de mujer ateniense, una mujer que podía ofrecer a los hombres amor, sexo y conversación, eran las prostitutas.
La clase más alta de prostitutas se denomiban hetairas. Las hetairas fueron meretrices vinculadas a importantes personalidades y que podían llegar a ser realmente ricas y poderosas. Ellas sí podían coquetear y mantener conversación con los hombres, con ellas llegó a surgir la verdadera devoción de amantes.
Friné inteligente y bella, fue la hetaira mejor pagada y más conocida de su tiempo. Era increíblemente rica. Cuando Alejandro Magno saqueó la ciudad de Tebas en el 333 a.C. Friné se ofreció a financiar la reconstrucción de la muralla de ciudad a condición de que en ella rezara la inscripción: “Alejandro batió estas murallas, pero Friné, la cortesana, las levantó de nuevo.”
A las hetairas les estaba permitido bromear, filtrear y hablar con los clientes no en calidad de concubinas sumisas, sino de mujeres influyentes y poderosas. Gozaron de una libertad que en aquel entonces ninguna mujer griega se atrevía ni siquiera a soñar.»
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