
¿Te ha pasado alguna vez que has vivido un momento tan maravilloso que quieres compartirlo?
Solicitó mis servicios para cenar un viernes por la noche en su restaurante favorito, tuvimos una conversación acompañada de un vino delicioso. Nos reímos. Compartimos. Mientras me contaba una de sus mayores pasiones de repente, el mundo dejo de existir para mí… Fue prácticamente como si en aquel lugar sólo nos encontráramos él y yo, nuestros sorbos de vino, risas y miradas de complicidad.
Él conocía uno de los secretos de la felicidad: haz lo que amas y hazlo a menudo. Amaba viajar y mientras me contaba cada uno de sus apasionantes aventuras en diversos rincones del planeta yo sentía como cada célula de mi cuerpo deseaba ver, oír y sentir tantos lugares como él lo había hecho.
Esto es el resultado de una verdadera conexión: cuando alguien te describe una experiencia con una determinada emoción e inmediatamente tu cuerpo responde como si también la sintiera.
Tras tomar el postre y nuestra última copa de vino, fuimos a su hotel. Sin entrar en detalles solo puedo decir que me sentí afortunada. Afortunada porque él me había abierto su intimidad y yo me sentía a gusto paseando en cada uno de sus rincones. Afortunada por disfrutar tanto y encima, ser remunerada.
Una de sus últimas frases al despedirse de mí fue: “Te doy un diez” mientras me miraba a los ojos, sonreía y cogía mis brazos, tras lo cual me sentí enormemente contenta al tener una evidencia más de que él se lo había pasado tan maravillosamente como yo.
Román
Gracias Amanda,ignoraba que podíais sentir esas sensaciones que describes tan bien en tu post,pensaba que la cuestión económica constituía una barrera que os impedía alcanzarlas .Cuando a veces he creido notar alguna sensación parecida en parejas ocasionales,me he quitado enseguida esa idea de mi cabeza razonándome que todo era fingido.A partir de ahora seré menos escéptico y me esforzaré más en conseguir esa buena conexión.
Pero qué digo,si Amanda sólo hay una!Y sólo tú eres especial para sentir eso que escribes,y sólo tú eres generosa y valiente para contarlo.
Un beso Amanda,sin conocerte te quiero,